Buscar este blog

viernes, 25 de junio de 2010

¿Qué pasó anoche?

¿Qué pasó? ¿En qué momento fue que volví a pensar en tí? En días tan despreocupados donde veo a mis amigos que me hacen reir, a personas que lloran por sus países, a gente haciendo culto a cada una de sus tradiciones, a todos haciendo su trabajo de forma normal, hay una barrera silenciosa e invisible entre todos nosotros con la que nos tropezamos, a veces en los sueños, para recordar que nos hace falta algo. Entre mi "normalidad" de soy alguien con todo mi accionar cotidiano, se esconde mi deseo por encontrarte. Cuando me olvido de tí, sólo te estoy dejando a un lado en mi mente porque el amor no se puede despreciar y siempre estará presente en el hombre que le da importancia a otras cosas. El amor no desaparece. Tal vez por eso, aún cuando quería negar tu existencia, te apareciste anoche; cuando el Sol dejaba a un lado su reinado para dejar todo al reino de la oscuridad, quisiste darme un beso que calmó todos mis deseos. Te escribo porque aún recuerdo ese sentimiento en los labios. Esos labios que se abrazaban entre sí, regalándonos cada una de esas fuerzas que juntamos tanto dentro de nosotros y las expresamos en ese lazo que no se quebró, hasta que abrí los ojos y vi de nuevo los rayos de luz. Ante la claridad del día, volví a pensar cuál era la realidad. Todo lo absoluto dentro de mi vida. Empecé de nuevo en 0 porque me acordé de donde estabas y por qué no estás. Sólo quisiera volver a la noche donde alcancé a ver tu rostro. Aquel que trató de dejar grabado en mi memoria pero que se me hace imposible porque en ese momento no estaba la luz. Esa luz que quema, esa luz que me muestra qué es lo que tengo y qué es lo que me hace falta. Pero siento entre todas estas emociones, después de todo lo que pasó anoche, que ese rostro es familiar y qué todo lo que me entregaste ya siento que puede ser parte de mí porque en el día te he visto en algún momento. Sólo necesito que me esperes porque siento que ya te he conocido de algún lado y sólo tengo tiempo ahora, para reunir pistas.

Se abre un nuevo caso en esta vida, donde el detective busca sin descanso a su objetivo. Al que persigue pero no encuentra hasta que lo conoce y sabe sus hábitos y costumbres. Sus deseos y obsesiones. Empieza esta persecución donde interrogo a tus conocidos y paso a paso, voy sabiendo quién eres hasta que veo tu rostro de nuevo y me doy cuenta de quíen fuiste todo este tiempo para que tenga ese tiempo de besarte, no sólo en la noche, sino también en el día, cuando todos tengan claro hasta donde podemos llegar. Por ahora soy novato en este departamento de investigación pero buscaré reunir todo medio para poder llegar a ti porque quiero de nuevo tus labios y poder sentir ese calor de nuevo. Esa estrella que, perfectamente, un día de estos, reemplazará a ese Sol que tanto quema mis ilusiones para poder besarnos de nuevo en la oscuridad. Espérame, que ya empecé a tomar los pasos necesarios.